"Un auténtico líder reconoce que el camino hacia la excelencia comienza con la humildad de reconocer su constante necesidad de aprendizaje y mejora."

Aquel que tenga el privilegio de ser mi líder, debería de conocerse a sí mismo.

Mi líder debe tener firmeza: Debe cumplir su palabra y no arrepentirse de sus decisiones, aún cuando requiera de un sacrificio propio, siempre que se encuentre dentro de el margen del bienestar común.

Mi líder debe ser capaz de notar mis errores: Debe analizar mi trabajo con exhaustividad para así poder señalar cada uno de mis errores y que con ello, se me permita corregir y mejorar.

Mi líder debe ser comprensivo: Debe de tener la capacidad para entender mis límites y evitar llevarme al punto de quiebre. Debe ser capaz de evaluar por sí mismo si aquellos objetivos que plantea, son una meta posible.

Mi líder debe de poseer cualidades que lo hagan merecedor de llamarse líder: Debe ser justo, honesto, empático, respetuoso y más. Debe de saber, conocer y poder hacer lo justo, con honestidad, empatía, respeto y todo aquello que sea requerido para mantener un ambiente armonioso en el cual todos sean capaces de admirarlo como líder sin dudar de ello.